lunes, 28 de junio de 2010

MARCELO BIELSA. LA LOCURA DEL MAS LÚCIDO.

Es mucho mejor perdonar que culpar. 
Marcelo Bielsa 


“Me llaman Loco por exageraciones de mi comportamiento. De las acepciones del diccionario, elegí la más suave". Marcelo Bielsa es un entrenador que vive en chándal, dirige detrás de unas gafas y se retrata a sí mismo con esta explicación.

“Es difícil que las convicciones se conviertan en resultados” ha afirmado, pero en pocas horas Chile se enfrenta a Brasil en su partido más importante en la última década y Marcelo Bielsa es el líder de la selección. El responsable de un grupo que no alcanza los 23 años de media y que tiene delante la posibilidad de hacer historia. 

Bielsa nació en una de las ciudades más futboleras de Argentina, Rosario, en una familia acomodada, liberal y con larga trayectoria en el derecho y la abogacía. Con 18 años le dijo a su madre: “Me voy, tengo cosas que hacer”, agarró su Harley Davidson y se fue a vivir a una pensión que Newell’s Old Boys facilitaba a los futbolistas de sus categorías inferiores. "Aprendí lo trascendente de la rebeldía. Es indispensable que uno sepa cuáles son las virtudes alrededor de las cuáles quiere vivir". 

Jugó como marcador central con el número 2. Algún compañero de la época lo recuerda un como un jugador “rústico”, de esos que dejaba pasar el balón o el jugador pero nunca las dos cosas a la vez. En el 76 debutó en la primera de Newell’s como hombre libre de la defensa. Ese mismo año se fue a Instituto Atletico Central de Córdoba como parte de un proyecto para fortalecer el equipo. Las cosas no salieron bien y una tarde la barra brava de Córdoba se presentó para increpar y algo más a los jugadores. Bielsa se dirigió al grupo de hinchas y dijo: “De acuerdo, yo los peleo a todos pero de uno en uno”. Nadie dijo nada. 

“Soy mediocre, tirando a malo. Prefiero dedicarme a lo que realmente quiero: dirigir” . Eso fue lo que le dijo a los dirigentes de Newell’s y con 24 anos colgó las botas. Decidió estudiar para profesor de educación física y ya en aquella época pedía a sus conocidos en España que le enviaran videos con partidos de las ligas europeas. Su obsesión por acumular  y analizar grandes cantidades de datos le viene antes incluso de debutar como entrenador. 

El primer equipo al que entrenó fue el de la Universidad de Buenos Aires. Allí pasó un año y los jugadores de aquella etapa recuerdan cómo les hacia repetir la misma jugada una y otra vez, durante más de una hora, hasta que salía perfecta. El Loco opina que “el futbolista, como todo ser humano enfrentado a la alta competencia, padece miedo escénico. ¿Y cómo se neutraliza? Con la mecanización". 

En 1984 Bielsa fue a ver a la leyenda leprosa Jorge Griffa, que por entonces era el responsable de las inferiores de Newell’s. Griffa ya había sido entrenador del Loco, y se habían conocido años antes, cuando Bielsa se acercó a Griffa y le dijo: “Usted jugó 13 anos en Europa y ahora se vuelve a las divisiones inferiores de Newell's. Usted sí está loco”. Esta vez, Griffa le ofrece trabajar como preparador físico, pero Marcelo se niega y afirma que él viene para ser técnico. “Muy bien, entonces tendrás que aprender. Vas a recorrer el país buscando jugadores para Newell’s y, luego, cuando estés preparado, serás campeón con un equipo del club” Bielsa recorrió Argentina pueblo a pueblo seleccionando futbolistas. En esa época reclutó talentos como Berizzo, Pochetino o Batistuta. Griffa tuvo que convencer al Loco para que se quedara con Batistuta porque Bielsa no paraba de decir que “este grandote no me sirve”. 

Por fin, le dieron un equipo y entrenó a la quinta de Newell’s, con jugadores como Sensini o Balbo. A falta de picas para entrenar, dijo a los jugadores que le robaran el palo de escoba a la madre, le sacaran punta y lo pintaran de blanco. Con ese grupo ascendió a primera. Por entonces obligaba a sus jugadores a estudiarse las estadísticas de la revista Sólo Fútbol para conocer todos los datos de los rivales. Allí aprendió el oficio de entrenador y descubrió que, como contaba a sus íntimos, “la tarea más estresante como entrenador es dar la lista de las 16 convocados, porque ahí estás diciendo quien va a pagar el piso, el coche...” En 1990, Newell’s se proclama campeón del Torneo Apertura con Marcelo Bielsa como entrenador. 



En 1992 los leprosos empezaron la Copa Libertadores humillados 6-0 contra San Lorenzo de Almagro, pero no volvieron a perder un partido más hasta llegar a la final, que se les escapó en tanda de penaltis frente al Sao Paulo. “Estas heridas no cierran jamás”, dijo Bielsa. Semanas después el equipo gano el Torneo Clausura y al terminar el partido el Loco dijo que se iba. 

Y comenzó una nueva etapa en un Vélez Sarsfield que venía de ganarlo todo. El plantel no empezó bien con la actitud distante de Bielsa, en especial Chilavert, que un día, durante una reunión para resolver los problemas en el vestuario, se levanto y se fue. Bielsa dijo que jugaría el mejor portero, pero Chilavert respondió que con la trayectoria que tenía a sus espaldas no iba a aceptar ser sustituido por una o dos malas actuaciones. Bielsa dijo que ese era su método y Chilavert dejó el campo de entrenamiento. Pero el Loco ganó el pulso con unos veteranos que no entendían su carácter, actitud y método. Vélez salió campeón en el Apertura del 97 y el Clausura del 98. Todos los que trabajaron con él recuerdan sus broncas tanto como sus disculpas. 

En septiembre del 98, tras sólo tres partidos como entrenador del Espanyol de Barcelona, Bielsa lo deja todo y se hace cargo de la selección Argentina. Nada más tomar el mando del seleccionado decide no hacer entrevistas exclusivas y atender a todos los medio por igual. Grandes y pequeños. En el diario Clarín nunca se lo perdonaron. Tras el Mundial del 2002 le definieron como “el comandante del mayor fracaso de Argentina en un campeonato del mundo”, y para siempre quedara la anécdota de los miles de vídeos que se llevó a Japón. "Los momentos de mi vida en los que he mejorado tienen que ver con el fracaso. El fracaso es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones y nos vuelve coherentes".


En el 2004 renuncia a la selección tras la victoria en los Juegos Olímpicos de Atenas, mientras la selección estaba inmersa en los partidos de clasificación para el Mundial. El 13 de agosto de 2007 es presentado como seleccionador nacional de Chile y el resto es una historia que se está escribiendo ahora mismo… 

Ahora Chile sueña agarrada a un entrenador fiel a la cultura del esfuerzo ("Para conseguir el éxito es inevitable el sufrimiento y la humildad") , obsesivo en el trabajo táctico, estudioso de la estrategia, amante del pressing y extraordinario en su conducta y perspectiva de la vida. Más allá del cliché del Loco, Bielsa ha sido definido por sus jugadores como "el profesional más amateur que conozco”. 

Horas antes del partido contra Brasil, a muchos les viene a la memoria aquella anécdota previa a una Newell’s-Rosario Central, cuando Bielsa era entrenador de los leprosos. En vísperas de aquel encuentro, algún directivo le dijo a Bielsa que daría todo lo que tenía por la victoria. “Todo no alcanza”, repondió el Loco. “Yo me corto un dedo si ganamos a Rosario”. Todo quedó en un comentario exagerado, pero Newell’s ganó 4-3 y, al final del partido, el hermano de Bielsa empezó a llamar a los hospitales porque nadie era capaz de encontrarle.

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