sábado, 14 de noviembre de 2009

SISTEMAS DE JUEGO Y OTROS CUENTOS

Sólo existen tres deportes: el toreo, las carreras de coches y el montañismo. El resto son simples juegos.
Ernest Hemingway

De acuerdo, los sistemas de juego no son más que posiciones de partida que nos dicen muy poco del rendimiento de un equipo. No hay sistemas ganadores o perdedores e incluso, como suele decir César Luis Menotti, “cada vez que hablamos de 4-4-2, 4-3-1-2 y demás, ¿Qué son esos? ¡Números de teléfono! Si yo te digo que juego con 5 volantes, vos me decís que soy defensivo. Pero si esos volantes son Jairzinho, Gerson, Tostao, Pelé y Rivelinho ¿Qué me decís? Hay mucho verso.” De hecho, retamos a cualquier entrenador a ver imágenes congeladas de un partido de primera división y ver si es capaz de decir qué sistema de juego utiliza un determinado equipo.

No obstante, e incluso admitiendo que el sistema de juego es sólo una posición de inicio, no podemos negar que nos da algunas pistas sobre las intenciones de un equipo y sobre lo que el entrenador pretende del partido. Es verdad, tal y como afirma Víctor Fernández, que “el campo es un espacio vivo”, y que cualquier planteamiento inicial se va por la borda en cuanto se pone a rodar el balón, pero no es menos cierto que la forma de colocar las fichas en el tablero puede tener una cierta influencia en el desarrollo del juego.

Más allá del debate de adaptar los jugadores al sistema o viceversa, es importante recordar que, para ocupar el terreno de juego, existen sistemas de incorporación y sistemas de posición. Los sistemas de incorporación se articulan en torno a la subida y ocupación de las líneas más retrasadas a zonas más adelantadas, incluso rebasando la situación de compañeros más adelantados. Nos referimos a sistemas como el 4-4-2 (especialmente con rombo en medio campo), el 4-2-3-1 o el 3-5-2. Que nos disculpen los porteros y profesores de la escuela de entrenadores por no escribir “1”-4-4-2, pero no conozco ningún equipo que haya salido a jugar sin guardameta. La elipsis apela al sentido común y no busca la ofensa. Por otra parte, los sistemas de posición parten de la ocupación del espacio en búsqueda de la máxima amplitud. Es el caso del 3-4-3 o el 4-3-3.

¿Hay alguna opción mejor que otra? La historia ha demostrado todas son igual de buenas o igual de malas, y creemos firmemente que el sistema a elegir depende de las características de los futbolistas. Sin embargo, es razonable pensar que los sistemas de posición son, a priori, más equilibrados y sencillos de asimilar por los jugadores (el espacio se ocupa de forma más racional, sin desequilibrios originales). Después, el entrenador de turno puede enriquecer o complicar el sistema con el estilo de juego y todas las variantes tácticas que considere oportuno. Al final, se puede jugar un 4-3-3 como el Barcelona de Guardiola o el Chelsea de Mourinho.

Precisamente en el libro “Mourinho ¿Por qué tantas victorias?” (Muy recomendable a pesar de lo pretenciosos del título), el propio entrenador portugués reflexiona en voz alta sobre las dificultades que a priori plantean los sistemas de incorporación frente a los de posición: “El 1-4-4-2, como yo lo concibo, es mucho más táctico que el 1-4-3-3.¡Mucho mas táctico! En el 1-4-3-3 existe, de raíz una ocupación perfectamente equilibrada de los espacios, no es preciso ser muy inteligente, no es preciso pensar mucho… basta simplemente con que los jugadores ocupen sus posiciones. Con el 1-4-4-2 es preciso pensar mucho más, porque el campo está ocupado de una forma poco racional, no hay nadie abierto… Los laterales pueden atacar en profundidad pero, si lo hacen, hay descompensación defensiva… Si se saca a los jugadores del rombo por las alas, sólo queda uno cubriendo esa zona… Si los dos atacantes se mueven mucho y caen a las bandas constantemente, no tengo a nadie para finalizar… ¡Es un sistema desequilibrado de raíz! Y yo, cuando trabajo este sistema incido casi siempre más en sus defectos. Es un sistema que tiene muchas cosas más.”

Siempre se trata de crear, ocupar y aprovechar espacios. Todos buscan la continuidad de movimientos sin perder el equilibrio posicional, pero no deja de sorprender que uno de los sistemas de juego recomendados para futbolistas en etapa de formación sea el 4-4-2, ya sea con rombo y las exigencias tácticas que implica, o con doble pivote. De hecho, ya en el año 2004, en una entrevista durante la Eurocopa de Portugal, Johan Cruyff defendía que “es imposible crear un juego razonable a partir del doble pivote. A mi me gusta poner a tres centrocampistas porque tienen más opciones, más variación, más posibilidades, más control del partido. Evitas, además, que los jugadores se desfonden tanto al correr. Las distancias entre el doble pivote y el segundo delantero son siempre demasiado largas.”

Y a partir de aquí, reflexión, opinión y entrenamiento. En caso de duda siempre podemos decir que “los cuadrados mágicos nacen de los ángulos mágicos” ¿Se acuerdan?